Yo no quería, de verdad, tuve varias tentaciones pero los chinitos me daban miedo, no me decidía, oía tantas historias de pedidos que llegaban mal… eso si, otras tantas de compras que eran estupendas. Mi amiga Yol empezó a ponerme el caramelito en la boca y entonces llegó ella: MI HERMANA, y… ME ENSEÑÓ A PECAR.