«No te digo que te los voy a coser porque sé que no me vas a dejar», me dijo mi madre al vérmelos entre risas. Y cuántas veces lo habremos escuchado de adolescentes! O aún peor…Mamá, ¿dónde están mis tejanos desgastados? Pues hija mía en la basura dónde van a estar!» Y ahí moríamos de angustia.
Afortunadamente, ni ya soy una adolescente, ni mi madre sigue pensando que debería tirarlos. La voy acostumbrando poquito a poco 😉